
Planteo este proyecto como una introspección que nos posicione en el abismo de todo lo que conoce nuestro entendimiento humano frente a todo lo desconocido que esconde el origen de nuestras pasiones y voluntades. Una comunicación interna con lo más desconocido que esconde nuestra mente. Cada trazado representa la búsqueda de un nexo común con el origen mismo Universo, donde la existencia humana pasa a un segundo plano pero no así la acción humana, que burda y pomposamente atropella todo lo que se posa en su camino.
Sí, es una forma de protesta. Es un árbol en el desierto que busca enseñarnos lo hermoso de la naturaleza y nos invita a formar parte de ella en el mismo manto de la vida. Es la traducción en Óleo, Acrílico y Acuarela, de un grito de auxilio que se perdió en los edificios metropolitanos hace ya mucho tiempo y el que al parecer ya nadie quiere escuchar.
Leandro Pérez